Stéphane Auvray

CAPTURAR MOMENTOS ÚNICOS DE BODA CON AUTENTICIDAD

Hace una docena de años, pero aún no ha transcurrido un cuarto de siglo, la casualidad me permitió cubrir una boda íntima. Totalmente novato en ese momento, rápidamente disfruté de colarme, esquivar, pero también acompañar, tranquilizar y, sobre todo, capturar momentos únicos. Se convirtió en una elección obvia para mí.  

Mis primeros pasos como fotógrafo los di en la región de Oise. Luego la nostalgia y la falta de espuma del mar me trajeron de regreso a mi tierra natal.

Han pasado 12 años, más de 200 bodas, y cada vez lo disfruto igual. Una boda es diversión, una celebración, un momento de convivencia del que nunca me canso. Para mí, fotografiar estos momentos es una verdadera oportunidad, una oportunidad de participar en momentos llenos de emociones, a veces cómicas, de sonrisas y de alegría... Sin embargo, debemos admitir que probablemente haya situaciones más desagradables, aunque a veces es necesario estar en buena condición física, sabiendo que este trabajo no se limita a tomar fotografías (incluso me conocen por tocar las campanas de las iglesias).

Y luego están los retratos, esos momentos más íntimos pero igualmente intensos de la vida. Descubrir personas y sus historias, ya sea para fotografías individuales, familiares o empresariales, es tan divertido como exigente. Son momentos en los que el fotógrafo necesita saber adaptarse y ponerse a disposición de las expectativas y necesidades de los clientes, para tranquilizarlos y sacar a relucir toda su personalidad en unas pocas tomas.

Mi enfoque es el del reportaje: ser discreto cuando sea necesario, presente y muy cercano en los momentos cruciales de tu día. Estaré allí para capturar emociones, momentos de la vida, momentos importantes. El reportaje girará en torno a ti y a tus invitados, pero habrá muy pocos momentos posados ​​(aparte de fotos de grupo o de pareja, para las que te ayudaré a que te sientas a gusto), para enfatizar la espontaneidad y la autenticidad.