Los amigos cercanos se burlaron de la pareja todo el día, dándoles unas palmaditas en el camino a través del túnel de manos.
Sarah y Jake decidieron casarse en su patio trasero en Nederland, Colorado, un verano. Querían que todo fuera lo más simple posible, sin lujos ni gastos innecesarios. Pasaron todo el día juntos, para poder reírse y ser tontos todo el tiempo. Invitaron a familiares y amigos cercanos a caminar por el bosque hasta un pequeño claro natural, donde dijeron sus votos con mucho humor.
¡Pueden decir con seguridad que son los únicos que se casaron en ese pequeño lugar! Llovió un par de veces antes de la ceremonia, pero afortunadamente la pareja había planeado organizar una recepción de chili-cook off dentro de su garaje para acomodar a todos. Uno pensaría que un garaje sería el último lugar donde podría realizar una hermosa recepción, pero transformaron el espacio en luces de ensueño y mesas con bancos que Jake cortó y derribó él mismo. Su boda reflejó sus ideales de unir a la familia, combinando risas y diversión con hermosos paisajes y llenando un espacio ordinario con un amor extraordinario.