Mientras la novia se cubre y el novio sonríe, su hija intenta ansiosamente atrapar la lluvia de arroz frente al Palazzo.
En Mantua, Italia, una pareja se preparó para su boda en casas privadas. En casa de los padres del novio, su madre lo ayudó a vestirse, mientras la novia completaba su vestido con la ayuda de su madre y su hermana. La familia se reunió para esta ocasión especial, tomándose una selfie para conmemorar el momento.
La ceremonia tuvo lugar a las Palacio Valenti Gonzaga en Mantua. A medida que se acercaba el momento de intercambiar anillos, la evidente emoción en los ojos de los novios era palpable. Con aplausos de los invitados, el celebrante firmó el acta de matrimonio, solidificando oficialmente la unión. La novia incluso, en broma, le quitó el lápiz labial de la mejilla al novio con un beso después de sus votos.
Tras la ceremonia civil, la novia y la hija compartieron un dulce beso, observado por el novio, antes de abandonar el salón. Cuando salieron del palacio a la calle, les arrojaron arroz para celebrar a la familia. La novia se cubrió, el novio sonrió y la hija trató ansiosamente de atrapar el arroz que caía.
En el lugar de recepción, Corte Vaia en Roncoferraro, los invitados se dispersaron hacia sus autos, pero la pareja se tomó un momento para compartir un beso íntimo. También posaron para un retrato, buscando una fotografía espontánea. En el parque del restaurante, mientras esperaba el inicio de la cena, el novio jugaba con su hija. La pareja expresó su deseo de tener fotos de recuerdo con su perro, el cuarto miembro de su familia, plasmando su inmensa felicidad.
