Jerónimo Pollos

FOTÓGRAFO CAPTURA LOS MOMENTOS SIGNIFICATIVOS DE LA VIDA

Encontré mi camino para convertirme en fotoperiodista en la Marina, pero nunca tuve ningún interés por la fotografía. Todo cambió para mí cuando una madre llorosa desdobló un periódico viejo y dijo que quería conseguir una copia mejor. ¿El motivo de la solicitud? Su hijo de 10 años había fallecido recientemente después de una larga batalla contra la leucemia y la imagen en la portada del periódico era él, calvo por las rondas de quimioterapia, con un pájaro en la cabeza y una sonrisa que derretiría tu corazón. Esa fue la última fotografía que se le tomó sonriendo... luciendo despreocupado como cualquier otro niño. Querían enmarcar la nueva copia y colocarla en la habitación de su hermano pequeño para que siempre recordara a su hermano mayor feliz y sonriéndole. Lo que cambió mi vida a partir de esta experiencia fue que esa era mi imagen. Una imagen de mi primer encargo periodístico. Recuerdo haberlo tomado y sentí que toda la tarea me estaba quitando mi sueño de ser DJ. Dos cosas pasaron por mi mente cuando esto sucedió: encontré la vocación de mi vida. El poder de la fotografía y ese elemento tangible es real y significativo. Es la documentación visual la que prueba que estuvimos aquí. Experimentamos la vida, amamos, recibimos amor, logramos grandes hazañas, aguantamos y somos parte de la historia dentro de nuestra familia y comunidades. Después de esa experiencia, me sumergí en el fotoperiodismo. Estudié, trabajé como observador, trabajé duro contando las historias de personas cuyas vidas tuve la suerte de conocer desde dentro. He centrado la experiencia del fotoperiodismo de todas las tareas que he cubierto en contar historias de personas cuyas imágenes no aparecerán resaltadas dentro de un periódico o revista. Por eso hago lo que hago. Es también la razón por la que mi casa tiene imágenes colgadas de cada pared para resaltar quiénes eran mis hijas mientras crecían y quiénes son ahora. Quiero recordar siempre el viaje del 20 aniversario con mi esposa y verme a mí y a mis hijas haciendo el tonto juntos. Estos momentos son fugaces y los recuerdos se desvanecen rápidamente sin las imágenes que nos lo recuerden. A través de retratos y bodas, he dedicado gran parte de mi vida a contar historias con mis imágenes. Y tomo esa responsabilidad muy en serio. Porque quiero que tengas ese elemento tangible que cuente tu historia a tus hijos, nietos y sus hijos. Quiero que un miembro de la familia camine por un pasillo dentro de décadas, señale una imagen y pregunte sobre ese momento capturado en el tiempo.